La agricultura vertical es una de las muchas opciones que se deberán emplear en un futuro para poder producir los alimentos que la población requerirá, pues se estima que en las próximas décadas el ritmo de crecimiento de la población mundial se mantendrá, de modo que hay que incrementar la producción de alimentos usando menos recursos.
Concepto de granja vertical
Aunque hay países, como los países nórdicos, donde se tienen las tasas de natalidad más bajas en su historia, también hay países en vías de desarrollo, cómo China, India y México, donde los nacimientos son cada vez mayores. Este aumento de la producción se une a la pérdida de tierra cultivable y otros factores que ponen en riesgo la alimentación mundial.
Según Inhabitat, para 2050 el 80% de la población vivirá en las ciudades, lo cual significa que solo el 20% se mantendrá en el campo, con la presión de producir el alimento para todos. Además hay que considerar que los gastos de trasladar los productos del campo a la ciudad aumentarán, haciendo menos rentable la producción agrícola.
Integración en el ambiente
La agricultura vertical podría garantizar el abasto de alimentos de las ciudades, y si bien no podrá sustituir a la producción total en campo, si permitirá terminar de cubrir la demanda mundial. Dentro de sus ventajas principales destaca el hecho de que los gastos por concepto de transporte se verían reducidos al mínimo, pues los alimentos se producirán en las mismas ciudades.
Otro aspecto positivo es que las ciudades se cubrirían de vegetación, lo cual ayudaría a disminuir el calor generado por tanto asfalto y cemento, es decir, se disminuiría el impacto sobre el calentamiento global que generan las ciudades, pues las plantas ayudarían a transformar en dióxido de carbono de fábricas y automóviles en oxígeno.
Lo vertical más los urbano
En este sentido ya existen conceptos de granjas verticales, que dentro de poco podrían ser viables, y que junto a la agricultura urbana ayudarían a utilizar todos los espacios posibles dentro de las ciudades (azoteas, patios, terrazas y espacios públicos) para producir alimentos. Es un reto enorme, pero aun así resulta viable.
La idea de tener granjas verticales no está muy lejos de hacerse realidad, pues las bases de su funcionamiento ya están siendo utilizadas con gran éxito: hidroponía, sustratos, soluciones nutritivas, etc. Quizá habrá que esperar todavía algunos años, pero el primero paso ya se está dando: la agricultura urbana ha comenzado a ganar terreno en las ciudades.
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