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¿Qué es la agricultura protegida y cuál es su importancia?

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La agricultura protegida ha ganado una creciente importancia en el mundo actual debido a su papel fundamental en la seguridad alimentaria, la maximización de la producción y la minimización de los impactos ambientales. Este enfoque, que incluye el uso de invernaderos y estructuras controladas, permite a los agricultores enfrentar los desafíos climáticos y proteger sus cultivos de condiciones adversas, asegurando una producción constante y de alta calidad durante todo el año. Además, la agricultura protegida favorece la optimización de recursos hídricos y energéticos, lo que contribuye a la sostenibilidad del sector agrícola.

¿Cuándo y cómo surgió la agricultura protegida?

La agricultura protegida, también conocida como agricultura bajo cubierta o agricultura en invernadero, tiene sus raíces en civilizaciones antiguas que buscaban proteger sus cultivos de condiciones climáticas adversas. Se cree que sus inicios datan de hace más de 2000 años, cuando los romanos utilizaban estructuras de cristal para cultivar frutas y verduras fuera de temporada. Sin embargo, fue en la Edad Media cuando esta práctica tomó un impulso significativo en Europa, donde se construyeron invernaderos para el cultivo de plantas exóticas traídas de otras regiones. El desarrollo de técnicas de vidrio soplado en el siglo XVII permitió la expansión de esta forma de agricultura, especialmente en los Países Bajos y el Reino Unido, donde se establecieron invernaderos para la producción comercial de flores y vegetales en condiciones controladas.

A lo largo del tiempo, la agricultura protegida continuó evolucionando con el surgimiento de nuevas tecnologías y conocimientos científicos. En el siglo XIX, se introdujeron materiales como el hierro y el acero en la construcción de invernaderos, lo que permitió diseños más grandes y eficientes. Además, la incorporación de sistemas de calefacción y ventilación mejorados facilitó el control de las condiciones ambientales, lo que aumentó la productividad y diversificó las posibilidades de cultivo. A medida que avanzaba el siglo XX, el uso de materiales plásticos en lugar del vidrio tradicional redujo los costos de producción y amplió aún más la adopción de la agricultura protegida en todo el mundo.

Hoy en día, la agricultura protegida sigue siendo una práctica relevante y en constante crecimiento, con diversas técnicas que incluyen invernaderos de alta tecnología, túneles de cultivo y estructuras de malla. Esta forma de agricultura se ha convertido en una herramienta clave para garantizar la producción de alimentos de calidad, especialmente en áreas con condiciones climáticas extremas o limitaciones de espacio. Además, el desarrollo de prácticas sostenibles y el uso eficiente de recursos han contribuido a que la agricultura protegida sea una opción cada vez más atractiva para productores agrícolas en todo el mundo.

¿Cuáles son las ventajas de la agricultura protegida?

La agricultura protegida es un sistema de producción agrícola que presenta varias ventajas, siendo las 3 principales:

Mayor control ambiental

La agricultura protegida permite un control preciso de factores ambientales como la temperatura, la humedad y la luz solar, lo que resulta en un ambiente óptimo para el crecimiento de los cultivos durante todo el año. Esto reduce los riesgos asociados con condiciones climáticas extremas y aumenta la producción al ofrecer un entorno favorable para el desarrollo de las plantas.

Menor uso de pesticidas

Gracias al ambiente controlado, la agricultura protegida suele ser menos vulnerable a plagas y enfermedades. La restricción del acceso de organismos nocivos permite reducir significativamente la necesidad de pesticidas, lo que disminuye los riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Además, al proteger las plantas de las inclemencias del clima, se evita la propagación de enfermedades transmitidas por el viento o la lluvia.

Mayor eficiencia en el uso de recursos

La agricultura protegida optimiza el uso de agua, energía y nutrientes al ofrecer sistemas de riego y fertilización precisos y eficientes. La reutilización y el reciclaje de recursos se vuelven más factibles en estos entornos controlados, lo que disminuye el desperdicio y contribuye a la sostenibilidad del sistema agrícola. Asimismo, al producir en áreas más cercanas a los centros de consumo, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte de alimentos.

¿Cuáles son las desventajas de la agricultura protegida?

Como cualquier sistema de producción agrícola, la agricultura protegida también presenta varias desventajas, siendo las 3 principales:

Alto costo inicial

La agricultura protegida implica una inversión significativa en infraestructura, como la construcción de invernaderos o estructuras de protección. Además, se requiere la adquisición de equipos y tecnologías para el control del ambiente, como sistemas de calefacción, ventilación y riego automatizado. Estos costos iniciales pueden ser una barrera para pequeños agricultores o productores con recursos limitados.

Dependencia de la energía

La agricultura protegida depende en gran medida del suministro constante de energía para mantener las condiciones ambientales controladas. Los invernaderos y sistemas de calefacción, iluminación y ventilación consumen energía, lo que puede aumentar los costos de producción y hacer que la agricultura protegida sea vulnerable a interrupciones en el suministro eléctrico. Además, la generación de energía puede tener un impacto ambiental negativo si proviene de fuentes no renovables.

Riesgo de enfermedades y plagas

Aunque la agricultura protegida puede reducir la exposición a plagas y enfermedades transmitidas por el viento o la lluvia, también crea un ambiente propicio para la proliferación de organismos dañinos dentro de las estructuras. Si no se implementan adecuadas medidas de control y manejo integrado de plagas, la concentración de cultivos en espacios cerrados puede aumentar el riesgo de brotes y la propagación de enfermedades entre las plantas.

Ejemplos de agricultura protegida en el mundo

Para poner en contexto la aplicabilidad de la agricultura protegida, a continuación se presentan 3 ejemplos de agricultura protegida:

Países Bajos

Holanda es un referente mundial en agricultura protegida. Su clima templado y variable ha llevado a una extensa adopción de invernaderos, donde se cultivan hortalizas, flores y plantas ornamentales. La tecnología avanzada y el enfoque en la eficiencia les permiten producir grandes cantidades de alimentos y productos agrícolas de alta calidad durante todo el año.

Emiratos Árabes Unidos

Dado su clima desértico y extremadamente cálido, los Emiratos Árabes Unidos han adoptado la agricultura protegida como una estrategia para garantizar la seguridad alimentaria. Han invertido en invernaderos con sistemas de enfriamiento, control de humedad y riego por goteo, permitiendo el cultivo de frutas, verduras y plantas en un ambiente controlado y sostenible, a pesar de las condiciones ambientales adversas.

España

En la región de Almería, en el sureste de España, se encuentra uno de los mayores complejos de agricultura protegida del mundo. Conocida como el “Mar de Plástico”, esta área está cubierta por miles de invernaderos donde se cultivan una amplia variedad de productos, como tomates, pimientos, pepinos y berenjenas. La agricultura protegida ha permitido a España convertirse en un importante exportador de productos agrícolas durante todo el año.

Perspectivas de la agricultura protegida en el mundo

La agricultura protegida presenta perspectivas prometedoras en el mundo agrícola actual. Se espera que esta forma de producción siga ganando relevancia debido a su capacidad para enfrentar los desafíos climáticos y garantizar una producción constante y de alta calidad. La creciente preocupación por la seguridad alimentaria y la necesidad de maximizar la productividad agrícola hacen que la agricultura protegida sea una opción atractiva para garantizar el suministro de alimentos en todo momento. Además, el aumento de la población y la urbanización conducen a una mayor demanda de productos frescos en áreas con limitaciones de tierra, lo que favorece el uso de estructuras protegidas para el cultivo intensivo y sostenible.

La incorporación de tecnologías innovadoras y prácticas más eficientes se espera que impulse aún más el desarrollo de la agricultura protegida. La automatización y digitalización de los sistemas de monitoreo y control permitirán una gestión más precisa y eficiente de los cultivos, reduciendo el desperdicio y optimizando el uso de recursos. Asimismo, el avance en la investigación de materiales y técnicas de construcción permitirá la creación de invernaderos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Además, se espera que la agricultura protegida desempeñe un papel clave en la adopción de prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, al reducir la necesidad de pesticidas y permitir una mayor reutilización de recursos como el agua.

Las perspectivas económicas también son alentadoras, ya que la agricultura protegida puede brindar oportunidades comerciales significativas. El cultivo de productos fuera de temporada y la producción de variedades exóticas pueden generar ingresos adicionales para los agricultores y abrir nuevos mercados de exportación. Además, la agricultura protegida puede contribuir al desarrollo de zonas rurales al generar empleo y estimular la economía local. Sin embargo, es importante abordar los desafíos asociados con los altos costos iniciales y la dependencia de la energía para asegurar una adopción más amplia y equitativa de esta forma de agricultura.

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