La fruticultura es la rama de la agricultura que se enfoca al estudio de las especies leñosas y semileñosas productoras de frutas. Para que esta actividad agrícola tenga viabilidad económica es fundamental conocer los principios biológicos y fisiológicos que rigen a cada una de las especies.
Una de las partes que más destacan actualmente de la fruticultura es la pomología, un concepto muy utilizado en inglés y francés, pero poco usado en español, que implica el mejoramiento genético de los árboles frutales, así como la determinación y el mejoramiento de las técnicas de producción.
Los orígenes de la fruticultura se remontan a la recolección de los frutos de plantas silvestres, pero cuando nuestros ancestros se establecieron en un lugar, dando inicio a las sociedades sedentarias, comenzaron un proceso de selección de plantas, que por supuesto incluyó a los árboles frutales.
Sin embargo, no fue hasta la revolución industrial y la mecanización de procesos, cuando la fruticultura adquirió mayor importancia económica. Antes de esto los procesos de recolección requerían muchos trabajadores, lo que sin duda encarecía los productos e impedía obtener grandes beneficios.
Actualmente la fruticultura abarca el mejoramiento de variedades, incluyendo modificaciones genéticas, y también se centra en el estudio de las condiciones climáticas ideales para cada cultivo, así como los tiempos y actividades necesarios para maximizar la producción, usando los recursos meramente necesarios.
Además, la fruticultura también se centra mucho en las actividades de cosecha y postcosecha, siendo esta última una parte del proceso en la cual se están dando muchos avances en la actualidad, con varias tecnologías en desarrollo que buscan cuidar las frutas una vez cosechadas.
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