Geopolítica agrícola de oleaginosas en Asia

La geopolítica agrícola de las oleaginosas en Asia

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En Asia la producción de oleaginosas desempeña un papel crucial en el panorama socioeconómico, tanto por su contribución directa a la seguridad alimentaria como por su influencia en los mercados globales.

Estos cultivos, que incluyen la soya, la palma aceitera y la colza, no solo son fundamentales para las dietas locales, sino que también sostienen industrias clave, desde la alimentación hasta la producción de biocombustibles.

Esta importancia se refleja en el hecho de que Asia alberga algunos de los mayores productores mundiales de oleaginosas, como China e Indonesia, cuyas políticas agrícolas y desarrollos tecnológicos en este sector tienen repercusiones globales.

Así, entender el papel de las oleaginosas en Asia es esencial no solo para los actores regionales, sino también para cualquier entidad involucrada en la cadena alimentaria global.

¿Cómo ha cambiado la producción de oleaginosas en la región?

Durante los últimos 50 años Asia ha experimentado transformaciones significativas en la producción de oleaginosas, destacando principalmente la soya, la palma aceitera y la colza.

En las décadas de 1970 y 1980 la producción de soya estaba predominantemente concentrada en América, especialmente en los Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, países asiáticos como China e India comenzaron a intensificar su producción, impulsados por la creciente demanda interna y la necesidad de seguridad alimentaria. Este cambio fue acompañado de avances en tecnologías agrícolas y políticas gubernamentales enfocadas en aumentar la productividad y la superficie cultivable.

En el caso de la palma aceitera, Indonesia y Malasia se han convertido en los gigantes mundiales de su producción, superando a países africanos que históricamente habían dominado este cultivo. Desde la década de 1980 estas naciones asiáticas han expandido sus plantaciones de palma de manera exponencial, aprovechando sus condiciones climáticas ideales y adaptando sus políticas económicas para fomentar la exportación. Este crecimiento ha sido tan significativo que, para el siglo XXI, Indonesia y Malasia juntas representan más del 85% de la producción mundial de aceite de palma, según datos de la FAO.

Por otro lado, el cultivo de colza (canola) en Asia, aunque menos prominente en comparación con la soya y la palma aceitera, también ha experimentado un crecimiento notable, especialmente en China.

A lo largo de los años, China ha emergido como uno de los principales productores y consumidores de aceite de colza a nivel mundial. Este cambio se ha visto impulsado por el desarrollo de variedades de semillas mejoradas y un enfoque gubernamental en diversificar las fuentes de aceites comestibles para reducir la dependencia de las importaciones. Este cambio refleja la dinámica cambiante de la producción agrícola en Asia, donde la innovación y la adaptación a las demandas del mercado han sido claves.

¿Qué países de Asia exportan más oleaginosas?

Los 3 países que más oleaginosas exportan de Asia son:

Indonesia

Indonesia es el principal exportador mundial de aceite de palma, un cultivo oleaginoso clave. La nación ha experimentado un crecimiento exponencial en la producción y exportación de este producto desde la década de 1980.

Este auge se debe a varios factores, incluyendo la ampliación de la superficie cultivada, las inversiones en tecnología agrícola y una política gubernamental favorable. El aceite de palma indonesio es fundamental en la industria alimentaria global, así como en la producción de biocombustibles.

A pesar de los desafíos ambientales relacionados con la expansión de plantaciones de palma aceitera, Indonesia ha mantenido su liderazgo en el mercado global.

Malasia

Malasia es otro actor dominante en el mercado mundial de aceite de palma, clasificándose como el segundo mayor exportador después de Indonesia.

La industria del aceite de palma en Malasia se ha desarrollado de manera significativa desde la década de 1970, convirtiéndose en un pilar de la economía del país. Con inversiones considerables en investigación y desarrollo, Malasia ha logrado no solo aumentar la producción, sino también mejorar la sostenibilidad y la eficiencia de sus prácticas agrícolas.

Su aceite de palma se exporta a numerosos países, desempeñando un papel crucial en diversas industrias, desde alimentos hasta cosméticos y energía.

China

China, aunque más conocida por su masiva producción de oleaginosas, especialmente la soya, también es un importante exportador de productos derivados de estos cultivos.

La transformación de China en un actor clave en el mercado de oleaginosas se debe a su creciente demanda interna y a su expansión en la producción agrícola.

La soya y otros cultivos oleaginosos son esenciales para la dieta y la economía del país, y aunque gran parte de su producción se destina al consumo interno, China también juega un papel significativo en el mercado global de exportaciones, especialmente en lo que respecta a productos procesados y aceites.

¿Qué países de Asia importan más oleaginosas?

Los 3 países que más oleaginosas importan de Asia son:

China

China es el mayor importador de oleaginosas en Asia, destacándose principalmente en la importación de soya. Esta demanda masiva se debe a su gran población y al creciente sector de producción de carne, donde la soya se utiliza principalmente como alimento para el ganado.

Además, el país también importa cantidades significativas de otros aceites vegetales, incluyendo aquellos derivados de cultivos oleaginosos.

La dependencia de China de las importaciones de oleaginosas se ha intensificado en las últimas décadas debido al rápido desarrollo económico y al aumento del consumo per cápita de alimentos y productos derivados de estos cultivos.

India

India es otro gran importador de oleaginosas en Asia, con una demanda significativa de aceites comestibles, especialmente el aceite de palma.

La nación depende en gran medida de las importaciones para satisfacer las necesidades de su población en constante crecimiento. La preferencia por los aceites vegetales en la dieta india, junto con una producción doméstica insuficiente, ha llevado a India a convertirse en uno de los mayores importadores de aceites de oleaginosas, particularmente de países como Indonesia y Malasia.

Este patrón de importación refleja no solo las necesidades alimentarias de la India, sino también su participación en el mercado global de oleaginosas.

Japón

Japón es un importante importador de oleaginosas, especialmente en lo que respecta a la soya y productos derivados.

Dado que Japón tiene recursos naturales limitados para la agricultura a gran escala, depende en gran medida de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias.

La soya, en particular, es un componente esencial de la dieta japonesa, utilizada en una variedad de productos tradicionales como tofu, miso y salsa de soya. Además, Japón también importa otros aceites vegetales para uso en la industria alimentaria.

Riesgos geopolíticos que afrontan las oleaginosas en Asia

La producción y el comercio de oleaginosas en Asia enfrentan varios riesgos geopolíticos significativos, que pueden tener amplias repercusiones en la seguridad alimentaria y las economías de la región.

Uno de los principales riesgos es la dependencia excesiva de ciertos países asiáticos, como China e India, de las importaciones de oleaginosas. Esta dependencia los hace vulnerables a las fluctuaciones del mercado global y a las tensiones comerciales.

Por ejemplo, las disputas comerciales entre China y sus principales proveedores de soya, como Estados Unidos, pueden llevar a una volatilidad de precios y a desafíos en la cadena de suministro. Además, la dependencia de importaciones también hace que estos países sean susceptibles a las interrupciones en la cadena de suministro causadas por conflictos geopolíticos o desastres naturales en otras regiones.

Otro riesgo geopolítico importante es el impacto ambiental de la expansión de cultivos oleaginosos, especialmente la palma aceitera en países como Indonesia y Malasia. La deforestación y la degradación ambiental resultante no solo tienen consecuencias ecológicas, sino que también pueden provocar conflictos con las comunidades locales y presiones internacionales.

Estos problemas ambientales pueden llevar a restricciones comerciales y a una reputación dañada, afectando el acceso a mercados internacionales. Las tensiones entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental presentan un dilema para los gobiernos, que deben equilibrar las necesidades económicas con las preocupaciones medioambientales y sociales.

Finalmente, los cambios en las políticas gubernamentales y las regulaciones internacionales representan un riesgo geopolítico adicional para la producción y el comercio de oleaginosas en Asia.

Las políticas nacionales que buscan promover la autosuficiencia alimentaria pueden conducir a la implementación de aranceles y otras barreras comerciales. Por otro lado, las regulaciones internacionales sobre sostenibilidad y prácticas de producción pueden restringir el acceso a ciertos mercados, especialmente en Europa y América del Norte

Estas políticas y regulaciones, tanto internas como externas, pueden alterar significativamente los patrones comerciales y afectar la viabilidad económica de los cultivos oleaginosos en la región.

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