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Importancia del manganeso en las plantas cultivadas

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El manganeso, elemento de crucial importancia para el óptimo desarrollo de las plantas, ha sido objeto de investigación desde los albores de la ciencia agrícola. Su reconocimiento como nutriente esencial se consolidó en el siglo XX, cuando estudios científicos demostraron su papel fundamental en procesos metabólicos y enzimáticos de las plantas. La comprensión de cómo el manganeso influye en la fotosíntesis, la activación de enzimas y la protección contra el estrés oxidativo ha evolucionado significativamente, convirtiéndolo en un elemento esencial para la producción agrícola sostenible.

¿Cómo se absorbe el manganeso en las plantas?

La absorción del manganeso en plantas cultivadas es un proceso altamente regulado y esencial para su crecimiento y desarrollo saludable. Principalmente, este elemento se toma del suelo a través de las raíces en forma de Mn2+ (iones de manganeso divalentes). La absorción se produce en dos etapas: la primera, una fase rápida y no específica, donde los iones son capturados por las células de la epidermis de las raíces; la segunda, más selectiva y energéticamente costosa, implica la transferencia de los iones a través de la membrana plasmática de las células radiculares y su transporte hacia los tejidos vasculares internos de la planta.

Varios transportadores juegan un papel crucial en este proceso. Los transportadores tipo NRAMP (Proteínas Transportadoras de Metales Asociadas a la Resistencia a Patógenos) son responsables de la captura inicial de Mn2+ en la epidermis de las raíces. Luego, los iones ingresan a las células radiculares a través de canales iónicos y transportadores específicos de manganeso, como los transportadores de la familia ZIP (Proteínas Transportadoras de Iones ZRT/IRT). Una vez dentro de la planta, el manganeso es distribuido hacia los tejidos aéreos mediante el flujo de savia. Cabe destacar que la disponibilidad de manganeso en el suelo, el pH y otros factores como la competencia con otros iones pueden influir significativamente en su absorción y posterior distribución en la planta.

¿Cómo se transporta el manganeso en las plantas?

El transporte del manganeso en plantas cultivadas es un proceso vital que garantiza su adecuada distribución y participación en diversas funciones metabólicas. Una vez absorbido por las raíces en forma de Mn2+ (iones de manganeso divalentes), este elemento es transportado de manera bidireccional a través del xilema y el floema, los tejidos vasculares encargados del movimiento interno de nutrientes. En la fase de carga del xilema, los iones de manganeso son cargados activamente en las células de los vasos xilemáticos mediante transportadores específicos, como los transportadores de la familia NRAMP, que desempeñan un papel crucial en esta etapa. Posteriormente, los iones de manganeso se desplazan hacia los tejidos aéreos de la planta, como hojas y tallos, donde participan en procesos esenciales como la fotosíntesis y la protección contra el estrés oxidativo.

Una vez en los tejidos aéreos, el manganeso puede ser redistribuido mediante el floema, transportado hacia áreas de alta demanda, como los sitios de crecimiento activo o los órganos reproductivos. Este proceso de transporte en el floema involucra la formación de compuestos orgánicos de manganeso, que permiten su movilidad a larga distancia. Los transportadores específicos de floema, como los miembros de la familia de proteínas de unión de iones de metal (MTP), están implicados en la carga y descarga de los compuestos orgánicos de manganeso en los tejidos correspondientes. La regulación finamente sintonizada de estos mecanismos de transporte es crucial para mantener un equilibrio adecuado de manganeso en la planta y garantizar su función metabólica óptima.

¿Cuáles son las funciones del manganeso en las plantas?

El manganeso desempeña un conjunto esencial de funciones en las plantas cultivadas, siendo un micronutriente fundamental para su crecimiento y desarrollo óptimo. Una de las funciones principales radica en su participación en la fotosíntesis, ya que actúa como cofactor en la enzima fotosistema II, que desencadena la conversión de la energía lumínica en energía química. Además, el manganeso contribuye a la producción de oxígeno y al proceso de fotólisis del agua en la fotosíntesis, lo que a su vez sustenta la producción de carbohidratos y otros compuestos orgánicos necesarios para el crecimiento de la planta.

Otra función crucial del manganeso está vinculada a la activación enzimática. Se requiere para la actividad de numerosas enzimas, incluidas las involucradas en la síntesis de ácidos grasos, la desintoxicación de radicales libres y la formación de lignina, un componente esencial en la pared celular. El manganeso también desempeña un papel en la asimilación de nitrato, un proceso esencial para la formación de aminoácidos y proteínas en la planta. Además, actúa como coenzima en varias reacciones metabólicas, como la biosíntesis de clorofila, que es crucial para la captura de luz durante la fotosíntesis.

Adicionalmente, el manganeso está involucrado en la regulación de la respuesta antioxidante y la protección contra el estrés oxidativo en las plantas. Actúa como cofactor en la enzima superóxido dismutasa, que neutraliza los radicales libres y ayuda a prevenir el daño celular causado por condiciones ambientales adversas. Esta función es esencial para garantizar la supervivencia y el rendimiento de los cultivos en situaciones de estrés abiótico, como sequías o altas temperaturas.

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