El calcio es un macronutriente secundario esencial para los cultivos, ya que participa en la formación y estabilidad de las paredes celulares, mejora la calidad de los frutos y regula diversos procesos fisiológicos. Su deficiencia puede manifestarse en problemas como necrosis en los bordes de las hojas, pudrición apical en tomates y pimientos, o problemas en el desarrollo de raíces. Para corregir esta carencia, es fundamental elegir fertilizantes químicos que proporcionen calcio en formas accesibles para las plantas. A continuación, se presentan las principales opciones:
El nitrato de calcio es uno de los fertilizantes más utilizados para aportar calcio a los cultivos. Contiene aproximadamente un 19% de calcio y un 15% de nitrógeno en forma nítrica, lo que facilita la rápida absorción tanto del calcio como del nitrógeno. Es altamente soluble y es ideal para aplicaciones en fertirrigación y pulverización foliar. Se utiliza ampliamente en cultivos hortícolas, frutales y ornamentales.
El cloruro de calcio es otra fuente soluble de calcio, con un contenido cercano al 36%. Se utiliza principalmente en aplicaciones foliares para corregir deficiencias rápidamente, especialmente en cultivos como tomate, manzano y pimientos, donde los síntomas de deficiencia de calcio afectan directamente la calidad del fruto.
El yeso agrícola, o sulfato de calcio dihidratado, es un fertilizante que aporta tanto calcio como azufre, con un contenido aproximado del 23% y 18%, respectivamente. Es especialmente útil en suelos ácidos o salinos, ya que ayuda a mejorar la estructura del suelo y la infiltración de agua, además de corregir deficiencias de calcio.
El carbonato de calcio, conocido como cal agrícola, es una fuente de calcio que también actúa como enmienda para suelos ácidos, aumentando su pH. Contiene aproximadamente un 40% de calcio, pero su disponibilidad para las plantas depende de su reacción química en el suelo, lo que lo hace más adecuado para aplicaciones de largo plazo.
El sulfato de calcio anhidro, o anhidrita, es una forma más concentrada de yeso, con un contenido más alto de calcio y sin agua en su composición. Se emplea en situaciones donde se busca un aporte significativo de calcio sin afectar tanto la textura del suelo como ocurre con el yeso convencional.
El quelato de calcio es una opción avanzada que contiene calcio en forma de quelatos orgánicos. Es ideal para aplicaciones foliares y en fertirrigación, ya que permite una rápida y eficiente absorción del calcio sin riesgos de precipitación con otros fertilizantes.
Los fertilizantes líquidos con calcio, como soluciones de nitrato de calcio o de calcio complejado, son opciones versátiles para sistemas de fertirrigación, garantizando una distribución homogénea del nutriente en cultivos con alta demanda.
La elección del fertilizante depende de factores como el tipo de suelo, las necesidades del cultivo y el sistema de aplicación disponible. Es esencial realizar un análisis del suelo y ajustar las dosis para evitar desequilibrios nutricionales o problemas de antagonismo con otros elementos, como el magnesio o el potasio. Un manejo adecuado del calcio asegura un desarrollo sano, mejora la calidad de los productos y optimiza el rendimiento de los cultivos.