La entomología es una de las especialidades fundamentales dentro de la agronomía, encargada del estudio de los insectos y su relación con los sistemas agrícolas.
Su campo de investigación abarca la biología, ecología, comportamiento y manejo de las especies que interactúan con los cultivos, tanto aquellas que representan una amenaza como las que ofrecen beneficios. Dentro de la producción agrícola, los insectos desempeñan un papel determinante en la polinización, la descomposición de materia orgánica y el control natural de plagas, pero también pueden causar daños severos a los cultivos si no se manejan adecuadamente.
Los entomólogos agrícolas analizan la morfología y fisiología de los insectos para entender sus ciclos de vida, sus mecanismos de reproducción y las condiciones que favorecen su proliferación. A través del monitoreo y la identificación de especies en el campo, pueden anticipar brotes de plagas y desarrollar estrategias de manejo que reduzcan el impacto sobre la producción. La entomología aplicada en la agricultura también estudia la resistencia de los insectos a los plaguicidas, un desafío creciente que obliga a diseñar métodos de control más sostenibles y efectivos.
El manejo integrado de plagas es una de las áreas clave dentro de la entomología agrícola. Este enfoque combina diversas estrategias para mantener las poblaciones de insectos en niveles que no generen daños económicos, evitando la dependencia exclusiva de productos químicos. Se basa en la utilización de enemigos naturales, la implementación de barreras físicas, el uso de feromonas para la interrupción del apareamiento y la introducción de variedades de cultivos resistentes. Además, los entomólogos trabajan en la conservación de polinizadores como las abejas, cuyo declive representa una amenaza para la seguridad alimentaria.
Otra línea de investigación dentro de la entomología agrícola es la entomología forense aplicada a la producción, que permite determinar el origen de infestaciones en productos almacenados y rastrear problemas sanitarios en la postcosecha. También se desarrollan estudios sobre la cría y aprovechamiento de insectos benéficos, como depredadores naturales y parasitoides que ayudan a controlar plagas de manera biológica.
El conocimiento generado por esta disciplina es esencial para garantizar la sanidad de los cultivos y la estabilidad de los ecosistemas agrícolas. Los avances en biotecnología han permitido el desarrollo de variedades transgénicas con resistencia a insectos específicos, así como nuevas estrategias de control biológico basadas en la manipulación genética de plagas. En un contexto de cambio climático, la entomología cobra aún mayor relevancia, ya que las variaciones en temperatura y humedad pueden alterar la distribución geográfica de especies y modificar la dinámica de infestaciones.
La entomología en la agronomía no solo contribuye a la protección de los cultivos, sino que también tiene implicaciones económicas y ambientales de gran alcance. Su integración con otras áreas del conocimiento, como la fitopatología, la microbiología y la agroecología, permite desarrollar soluciones innovadoras para optimizar la producción sin comprometer la biodiversidad ni la salud del suelo. Por ello, la investigación en este campo continúa evolucionando, incorporando herramientas como el monitoreo remoto, el análisis de big data y el uso de modelos predictivos para mejorar la toma de decisiones en el manejo de insectos en la agricultura.