En esta ocasión quiero reflexionar sobre la preocupante falta de relevo generacional que ya se observa en el agro, especialmente en países de Europa como España y Francia, aunque también Estados Unidos y Canadá van por el mismo camino.
La situación quizá sea menos notoria en Latinoamérica -por ahora-, pero la migración del campo a la ciudad sigue ocurriendo. Según el Banco Mundial, en México la población rural en 2000 era del 25%, mientras que en 2020 la cifra ya era de 19%.
La tendencia es similar en otros países: Estados Unidos pasó del 21% al 17%, Brasil pasó del 19% al 13% y España pasó del 24% al 19%. Esto presenta un gran problema: cada vez hay menos personas produciendo el alimento que toda la población requiere.
CONTENIDO
- ¿Por qué la gente ya no quiere trabajar en el campo?
- ¿Por qué razones el agro se tecnifica tan lentamente?
- ¿Cómo se tecnificaría la agricultura a un mayor ritmo?
Algunas notas:
- Más del 40% de los propietarios de tierras agrícolas en México tienen más de 65 años, y el 30% de quienes cultivan la tierra son mujeres que no son titulares de derechos.
- La agricultura es la actividad económica con más ofertas de trabajo en Francia, pero enfrenta escasez de trabajadores debido al envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional.
- En España la carrera de Ingeniería Agrónoma tiene 100% de empleabilidad, pero los estudiantes suelen optar por carreras más populares, aunque con menor tasa de empleabilidad al egresar.
¿Por qué la gente ya no quiere trabajar en el campo?
Para responder a esta pregunta comencemos hablando de la ley de Petty-Clark (que al igual que yo, seguro que no la habías escuchado), la cual conocí gracias al libro Transgénicos sin miedo de José Miguel Mulet -muy, muy recomendado-.
William Petty, economista y político británico del siglo XVII dijo que, a medida que avanza la tecnología y se abaratan los costes se abren nuevos mercados y la mano de obra va abandonando la agricultura y pasando a otros sectores.
Colin Clark, economista británico/australiano del siglo XX renovó la idea de la siguiente manera: una medida del avance de una sociedad es la transferencia de mano de obra del sector agrícola al industrial y del industrial al de servicios.
Es decir, lo de la migración de trabajadores agrícolas a otros sectores no es nuevo, ha ocurrido durante prácticamente toda la historia de la humanidad y es una consecuencia del avance tecnológico que experimentan otros sectores.
La tecnología nos atrae, porque nos genera comodidad. Un jornalero que se va a la ciudad y se convierte en obrero siente que ha avanzado porque ya no está toda la jornada laboral ante la inclemencia del clima.
Esta es la razón por la cual tecnificar el agro permitiría retener a las nuevas generaciones; sin embargo, la tecnología se adopta lentamente en el sector agrícola, lo que no ayuda con el relevo generacional.
¿Por qué razones el agro se tecnifica tan lentamente?
No hay una razón específica por la cual el agro tarda más tiempo del que a todos nos gustaría en adoptar nuevas tecnologías, sino que se trata de una conjunción de factores, cado uno complicado de resolver, pero no imposible.
En primer lugar está el costo que tiene la tecnología, el cual para convertirse en inversión necesita basarse en decisiones informadas e inteligentes. Adoptar una nueva tecnología solo porque la usa el vecino no es una buena idea.
Entonces, los agricultores deben ser plenamente conscientes de sus problemáticas, para así poder definir cuáles tecnologías cubren sus necesidades actuales y/o futuras. Solo de esta manera el desembolso económico dará resultados.
El siguiente punto es la falta de centros de transferencia tecnológica. Piensa como consumidor: antes de comprar algo con un costo relativamente elevado quieres verlo en acción y probarlo, es decir, minimizar el riesgo de equivocarse en la compra.
Es por ello que ciertas empresas se unieran, para establecer campos demostrativos en zonas estratégicas, podrían impulsar la adopción de sus tecnologías, pues los agricultores tendrían mayor confianza y entendimiento de ellas.
Un tercer punto que siempre se menciona es la resistencia al cambio, que es un resultado de lo mencionado anteriormente y otros factores más. La pregunta importante aquí es: ¿cómo podemos disminuir esa resistencia al cambio?
Esperamos que conforme las nuevas generaciones llegan a la agricultura la fricción tecnológica disminuya, pero esto no bastará. Es importante que desde cada empresa se busque la forma de eliminar los puntos de dolor tecnológico de los agricultores.
¿Cuáles oportunidades hay detrás de esta situación?
El hecho de que cada vez menos personas trabajen en la producción de alimentos frescos representa enormes oportunidades para quienes se mantengan o ingresen al sector, siempre y cuando estén dispuestos a implementar mejoras.
Por simple lógica: si cada vez hay más personas en el mundo y cada vez menos personas quieren trabajar en el campo, esto quiere decir que el negocio de la producción de alimentos será para aquellos que sostengan al sector.
Producir alimentos frescos siempre será negocio porque este sector tiene una particularidad: sabemos que hay demanda y que esta se incrementará con el tiempo. Uno de los grandes retos es hacer llegar los productos a dónde la gente los compra.
Además, el hecho de que cada vez haya menos fuerza laboral disponible implica una enorme oportunidad para la tecnificación y automatización. La necesidad es la madre de la innovación, y en el agro estamos necesitando cambios importantes.
No por nada en Europa y Norteamérica van a la cabeza en el desarrollo de drones y robots agrícolas, pues si no logran que las máquinas hagan las tareas pronto su producción será inviable, porque literalmente ya no hay gente para hacerlas.
Estos cambios, impulsados por la falta de un relevo generacional claro, implicarán el surgimiento de diversas oportunidades de todo tipo -tecnológicas, de negocios, de industrialización, etc. Si solo te quejas por lo que está sucediendo no las aprovecharás.
-Olmo