
Debido a la necesidad, durante la pandemia un joven boliviano desarrolló desde cero un vehículo rudimentario que facilita algunas actividades del cultivo de la papa en el altiplano boliviano. El joven en cuestión se llama Ramiro Mamani, de 22 años, quien nombró a su creación como Satiri, que en aimara significa sembrar.
Aunque actualmente Satiri va en su segunda versión, lo cierto es que se trata de vigésimo segundo prototipo que Ramiro construye, pues desde hace ya varios años la robótica le llamó la atención, y con este vehículo ayuda a sus padres a trabajar la tierra, arando el terreno y facilitando la siembra de la papa.
El trabajo lo realiza en Quinamaya, que es un pueblito localizado a 35 km al suroeste de La Paz, Bolivia, donde aplica los conocimientos que está adquiriendo en la Universidad Pública de El Alto, en la que estudia ingeniería electrónica, y donde ha destacado, participando y ganando en varios concursos de robótica.
En el caso de Satiri, su construcción ha requerido la venta y reutilización de objetos viejos, ya que el dinero fue la principal limitante para su construcción. Ramiro comenta que su vehículo hace el trabajo de 4 personas, además de que reduce el tiempo de preparación de la tierra, de 8 horas a tan solo 2 horas.
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