
La confusión en torno a las fechas de caducidad y etiquetas en el empaque de alimentos ha impulsado a empresas, investigadores y startups a abordar el problema de la frescura de los alimentos. Se busca resolver la incertidumbre sobre la calidad de los productos a lo largo de la cadena de suministro y evitar el desperdicio de alimentos. En Estados Unidos, la falta de descripciones uniformes en las etiquetas de alimentos contribuye al alarmante 38% de alimentos no utilizados, aproximadamente 80 millones de toneladas al año. Este problema ha llevado a propuestas legislativas como el Food Date Labeling Act y cambios en las políticas estatales. La solución parece residir en sensores de frescura que utilizan diversas tecnologías, como tintas, sensores de pH y otros enfoques.
Desafíos en las etiquetas de caducidad
La falta de uniformidad en las etiquetas de alimentos, como «mejor antes de,» «vender antes de,» o «caducidad,» conduce a la confusión y el desperdicio de alimentos en Estados Unidos. La Food Date Labeling Act busca abordar este problema legislativamente.
Tecnologías de sensores de frescura
Diversas tecnologías, como sensores de cambio de color y sensores de pH, están siendo desarrolladas para monitorear la frescura de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro. Estos sensores permiten conocer el estado de los productos y su calidad, evitando que alimentos seguros sean desechados.
Desafíos en la implementación a gran escala
A pesar de las prometedoras tecnologías de sensores de frescura, enfrentan desafíos en su adopción a gran escala. Los fabricantes de alimentos pueden resistirse al cambio debido a los costos asociados con la adaptación de sus líneas de producción. Además, la viabilidad y resistencia de los nuevos materiales de empaque son fundamentales para su éxito.
Fuente: Food Dive
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