
El manejo integrado de plagas (MIP) es un sistema que promete bastante, tanto en teoría como en los campos experimentales. Sin embargo, a nivel de producciones comerciales ha resultado poco eficiente. La razón para esto es que se trata de un sistema multidisciplinar, y por tanto, con cierta complicación.
El MIP como sistema multidisciplinario
Una correcta implementación de un programa de MIP requiere de un equipo de trabajo multidisciplinario. Dicho equipo debe trabajar de manera armónica y coordinada para lograr los objetivos establecidos. Cabe mencionar que cada miembro del equipo desde ser consciente de su papel dentro del grupo.
La implementación exitosa del MIP con un solo especialista y con un equipo no diversificado es complicada debido a las propias bases del MIP. Se requieren conocimientos tan diversos de ramas tales como ecología, biología, agronomía, sociología, economía, fitopatología, entre otras.
Ahora bien, la estrategia para implementar un MIP también resulta compleja, por la cantidad de pasos a seguir. Sin embargo, si no se sigue dicha estrategia las posibilidades de fracaso se elevan. El modelo actual indica seis etapas o fases con una secuencia lógica, aunque no por ello inflexible.
Metodología para el MIP
El primer paso es definir y caracterizar el problema. Se debe incluir un diagnóstico técnico para determinar la importancia de la plaga o las plagas en cuestión. El segundo paso es generar los conocimientos adecuados para implementar los componentes del sistema de MIP.
El desarrollo de los componentes de manejo es el tercer paso. Aquí se evalúan las diferentes alternativas de control a la plaga y sus posibilidades de uso. Continuamos con el cuarto paso, evaluar los componentes en el campo para entender sus posibilidades y compatibilidad con el sistema.
Si se cumple lo anterior el quinto paso es integrar unidades piloto de adaptación. Aquí los conocimientos científicos y componentes tecnológicos generados y seleccionados deben ensamblarse de manera integral. Es quizá el mayor reto de todo el sistema. Por último, el sexto paso es la divulgación, difusión y adopción. Se trata de la etapa en la que se transfiere la tecnología a los productores.
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