
El jefe de tecnología de John Deere, Jahmy Hindman, ha dicho que la empresa ya cuenta entre sus filas con más ingenieros de software que ingenieros mecánicos, algo que sorprende pero que se entiende, dado que la agricultura de precisión a la cual se está tendiendo requerirá el manejo de grandes cantidades de información.
La maquinaria agrícola, que por décadas fue mayoritariamente mecánica y, por lo tanto, fácilmente reparable, incluso por los propios agricultores, poco a poco se está convirtiendo en una computadora, con una complejidad que hará que difícilmente pueda ser reparable por alguien que no tiene la capacitación adecuada.
El hecho de meter computadoras a la maquinaria agrícola tiene sus ventajas, como el hecho de poder trabajar con mucha mayor precisión y eficiencia, pero también conlleva una serie de riesgos respecto a la seguridad de los datos, así como a la privacidad de estos, que podrían tener valor en el mercado negro.
Todo esto implica preguntas complejas: ¿si el agricultor no puede reparar su tractor siempre dependerá de la empresa para que lo haga?, ¿a quién pertenecen realmente los datos recolectados?, ¿quién tendrá acceso a los datos recopilados y con qué objetivos de procesarán estos?
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