
Los biocombustibles podrían ser la mejor solución para combatir el cambio climático. Sin embargo, su desarrollo ha sido lento debido a diversos problemas. El primero no es sencillo de resolver. Se trata del debate de usar posibles alimentos para producir energía. Dado lo delicado del tema no lo tocaremos por ahora. La otra limitante es rendimiento. Si queremos biocombustibles tenemos con cosechar más.
El sorgo se somete a los drones
El maíz es quizá el principal referente cuando se habla de biocombustibles. Sin embargo, el sorgo podría ser la mejor alternativa. Sus principales ventajas sobre el maíz son que requiere menos agua y que tolera más la sequía. El problema es que al día de hoy no se conoce cual es la variedad de sorgo con más potencial para producir biocombustibles. Aquí entran en juego los drones.
Con ayuda de un dron aéreo y dos robots terrestres un equipo de investigadores quiere realizar mapeos precisos en un campo con diversas variedades de sorgo. El objetivo es que con todos los sensores del dron y los robots se pueda conocer a detalle la fisiología de cada variedad. Pero más importante aún, se podrán identificar aquellas plantas que crecen por encima del promedio.
La robótica puede ayudar mucho
El desarrollo de mejores variedades de sorgo para producir biocombustibles se ha visto detenido por la lentitud de los análisis de la fisiología de las mismas. Con ayuda de drones, robots y sensores será posible eliminar este cuello de botella. Así se mejorará la investigación. Es posible que gracias a este avance en algún momento se tenga una variedad de sorgo que convierta a este cultivo en el mejor biocombustible.
DARPA es consciente del impacto que esto podría tener. Por ello está financiando seis proyectos afines, siendo uno de ellos el mencionado aquí. El objetivo de todos es aumentar rendimientos entendiendo la fisiología de las plantas con el uso de drones y robots La cantidad que la agencia está destinando para proyectos enfocados al desarrollo de biocombustibles es de 30 millones de dólares.
Los datos serán el nuevo cuello de botella
El uso de drones y robots puede permitir lo que los humanos no pueden hacer con la misma rapidez y precisión: mapear por completo un campo agrícola. Se ha resuelto un problema pero ya hay otro esperando a la vuelta de la esquina. Se trata del análisis de datos. Y es que la cantidad de datos que se pueden obtener de un solo campo con los sensores de los drones y robots es mucha.
Analizar todos esos datos requerirá de una potencia de cálculo importante, no disponible en computadores comerciales. Por esta razón será muy importante que los investigadores agrícolas se alien con expertos en análisis de datos, quienes pueden tener acceso a la potencia de computo que se va a estar necesitando constantemente.
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