
En algún momento la agricultura permitirá a la humanidad abandonar el planeta en busca de cumplir el sueño de la colonización espacial. No me queda ninguna duda de que la producción de alimentos será fundamental. Sin embargo, aún falta mucha investigación para conocer como se comportan las plantas en el espacio. Desconocemos prácticamente todo sobre cultivar plantas en el espacio.
Una pregunta que será clave
En este sentido me he preguntado últimamente: ¿dónde será más viable cultivar plantas: en una estación espacial o en la superficie de algún planeta? Podría parecer una pregunta irrelevante pero será clave para el futuro de la humanidad. Quizá en un futuro lejano elijamos tengamos ambas opciones, pero para iniciar habrá que elegir.
Las plantas poseen una sistema de orientación que responde a la fuerza de gravedad. Es así como saben hacia donde se encuentra el centro del planeta. De otra forma no se podría entender que la radícula siempre se dirige hacia abajo mientras que el hipocótilo hacia arriba. Aún a pesar de la posición en la que se encuentren las semillas.
Con esto en mente, creo que establecer cultivos en espacio extraplanetario será un verdadero caso. Por ejemplo, en la Estación Espacial Internacional no existe gravedad ni campo magnético. Entonces nada le indicaría a la planta hacia donde es «arriba» y hacia donde «abajo». Por decirlo de una manera entendible.
Entrecomillo los términos que indican posición porque como bien sabemos en el espacio no existe arriba, abajo, enfrente, atrás. Pero si quisiéramos desarrollar cultivos para producir alimentos tendremos que idear una forma para que las plantas definan sus direcciones de crecimiento. ¿Es la microgravedad suficiente para eso?
Por esta razón es que creo que será mucho más factible cultivar en la Luna o en Marte. Si bien sus fuerzas de gravedad son menores que en la Tierra al menos existen. Y en ellas podrían apoyarse las plantas para determinar la dirección en la cual deben crecer la raíz y la parte aérea. Aunque por supuesto habrá otros retos.
Un antecedente muy interesante
Los experimentos con plantas en el espacio se han realizado desde que la primera estación espacial de la historia fue lanzada. Se trató de la Salyut 1, perteneciente a los rusos. En esta mandaron un mini invernadero de apenas el tamaño de un CPU. Fue así como se pudo constatar que las plantas crecen muy lentamente en ausencia de gravedad o en microgravedad. Además de que son muy débiles.
Otra observación realizada en aquel entonces fue que las plantas se desarrollaron a lo ancho y no a lo largo. Es decir, esto indica su confusión por la ausencia de gravedad, y el hecho de que sin esta, su crecimiento se da de manera aleatoria. Por si esto no fuera suficiente también la absorción de agua y nutrientes se realiza de manera muy deficiente.
Las sucesivas investigaciones referentes a la producción de alimentos en el espacio han dejado más preguntas que respuestas. Pero aunque pocos lo sepan ya un par de cosmonautas han degustado unas cebollas cultivadas por ellos mismos. El suceso ocurrió en 1975 a bordo de la Salyut 4.
Se menciona que cuando los dos inquilinos de la estación celebraron sus respectivos cumpleaños lo hicieron con unas cebollas. Demasiado raquíticas por cierto, pero que comparadas con su escasa variedad seguro fueron un manjar. Esto dará una idea de que los orígenes de la agricultura espacial llevan décadas.
El problema es que tampoco se ha avanzado demasiado desde aquel entonces. Al día de hoy la investigación al respecto aún es escasa, pero confío en que en los próximos años el panorama cambiará y cada vez se harán más experimentos con plantas en el espacio. Solo espero no equivocarme tanto.
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