Me imagino un futuro donde la producción agrícola disponga de superplantas capaces de superar cualquier cosa. Parece lejano el momento cuando así sea. Pero los primeros pasos están ocurriendo justo ahora, en diversos laboratorios del mundo. Y recientemente desde uno ubicado en Argentina, que cuenta con un equipo multinacional de científicos, llegan noticias interesantes.
Alargando las raíces de las plantas
Si la longitud de los pelos radiculares de las raíces fuera mayor aumentaría la captación de agua y nutrientes. Esto sería sobre todo muy beneficioso en ambientes áridos y secos. Pero también en cualquier situación las plantas aumentarían su productividad, al tiempo que se disminuyen los gastos de fertilización al ser mejor aprovechados los fertilizantes.
Pues bien, un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA), auspiciado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Instituto Leloir, han logrado alargar los pelos radiculares de plantas de Arabidopsis thaliana. Se trata de la planta modelo para investigaciones sobre fisiología vegetal.
Las posibilidades están ahí
Gracias a esta investigación en algún momento se podrá mejorar la captación de agua y nutrientes por parte de plantas de trigo, maíz y soya. Se trata de cultivos de gran importancia a nivel mundial porque forman parte de la base alimentaria de millones de personas. La idea es que su cultivo se pueda dar de buena manera en suelos pobres en fosfatos o en condiciones de sequía prolongada.
Las condiciones anteriores son cada vez más comunes en el mundo. Parte del problema es debido a que los suelos se están degradando, lo que implica un desequilibrio debido principalmente al uso excesivo de productos agrícolas y al uso inadecuado de fertilizantes. Además está la cuestión del cambio climático, que está propiciando largos períodos de sequía en muchas partes del mundo.
Las auxinas entran a escena
Los que los investigadores han descubierto es una nueva conexión molecular. La conexión involucra a los reguladores del crecimiento conocidos como auxinas. En principio estas hormonas vegetales activan la expresión de centenares de genes en las plantas. Sin embargo, siete de ellos resultan claves para controlar el crecimiento de los pelos radiculares.
Durante los experimentos manipulando dichos genes lograron duplicar la longitud de los pelos radiculares. Para realizar los experimentos los investigadores combinaron el uso de varias tecnologías. Entre ellas herramientas genéticas, técnicas de microscopía avanzadas y de biología celular. El siguiente paso será buscar el desarrollo de estrategias que impacten en la productividad de cultivos a gran escala.
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