
Unas plantas muy primitivas han logrado sobrevivir a toda la dureza del espacio. La investigación no ha concluido pero se refuerza un poco la teoría de la Panspermia. Los defensores de dicha teoría argumentan que la vida pudo haber llegado a la Tierra en cometas y meteoritos. Estos procederían de alguna parte de nuestra extensa galaxia. Es una idea interesante que seguirá sobre la mesa.
Las plantas en cuestión
Las plantas primitivas utilizadas para la investigación son una especie de algas del género Sphaerocystis. Estas fueron descubiertas por el investigador Thomas Leya, del Instituto Fraunhofer de Terapia Celular e Inmunología (Alemania), en una región remota de Noruega, cerca del círculo polar ártico. El nombre código de las algas es CCCryo 101-99.
Leya escogió estas algas para la prueba en el espacio, la cual ha liderado, por su elevada tolerancia a las bajas temperaturas, así como por su gran tolerancia a la desecación. Aún así las algas fueron enviadas a las Estación Espacial Internacional (ISS) en estado de dormancia, para mantenerlas en el menor estado de actividad posible.
El experimento en la ISS
La ISS no es ajena a las plantas. De hecho una gran diversidad de plantas ha estado allá arriba para hacer experimentos. Sin embargo, las algas CCCryo 101-99 son las primeras plantas que se han mantenido fuera de la estación y no dentro. Para ser exactos duraron 530 días colocadas en un panel externo, con un único filtro como ligera protección.
Durante todo ese tiempo las algas estuvieron sometidas a condiciones realmente duras. Las temperaturas oscilaron entre -20 a 47.2°C, sin olvidar el vacío del espacio. Además la radiación ultravioleta a la que fueron sometidas mataría a casi toda la vida existente en la Tierra. Y aún así todas las algas, menos una, sobrevivieron a su regreso a tierra firme.
Resultados sorprendentes
Cuando las algas en cuestión entran en dormancia adquieren un color naranja, debido a los carotenoides que producen. Una vez que vuelven a estar en condiciones adecuadas retornan a su color verde, señal de que comienzan a realizar nuevamente fotosíntesis. Lo curioso del caso es que las algas enviadas a la ISS solo tardaron dos semanas en volverse verdes de nuevo. Nada mal para lo que tuvieron que soportar.
Ahora la investigación continúa en tierra, donde el siguiente paso es analizar el ADN de las algas. Esto es muy importante para determinar si estas plantas primitivas pueden mantener su carga genética estable a pesar de las duras condiciones del espacio. Si esto es así entonces tendremos una muestra de que ciertos tipos de vida pueden sobrevivir a un viaje espacial en pequeños cuerpos celestes.
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