
Desde el inicio de la crisis actual se puntualizó que las actividades prioritarias continuarían con normalidad, con lo cual teníamos la esperanza de que las actividades agrícolas no sufrieran algún revés importante. Todo parece que así ha sido, aunque por supuesto hay algunos cultivos que han resentido más la problemática que otros.
Era de esperarse que los cultivos de alto valor comercial destinados a la exportación bajarán sus ventas en cierta medida, determinadas por la gravedad de la situación en los países importadores. En el caso del aguacate y las berries, cuyo principal mercado es Estados Unidos, se preveía una baja significativa en la demanda por la gravedad de su situación.
Otro sector que parece ser que tendrá varios problemas para recuperarse es el sector florícola, el cual tuvo que rematar su producto en uno de sus mejores días de ventas del año (día de las madres). No es ninguna sorpresa porque sabemos que las flores son un producto que podría considerarse como no esencial, de modo que habrá que ver como se reactiva este subsector.
¿Cuáles son las lecciones aprendidas?
Lo que realmente me preocupa es que creo que la agricultura va a salir de esta crisis sin haber aprendido las lecciones que en otros sectores han quedado más que claras. Como la crisis no ha pegado fuertemente a la agricultura entonces no nos hemos visto forzados a hacer modificaciones en el sector, de modo que pocos aprendizajes hemos ganado.
La cuestión es que la agricultura es un sector en el cual todavía hay muchos paradigmas que deben cambiarse, pero como no ha llegado la necesidad de hacerlo entonces seguimos quedándonos en el pasado. No exagero cuando te digo que hay industrias que han tenido que avanzar cinco años en el futuro para reinventarse.
De hecho, el ecommerce es el sector que más ha avanzado durante esta crisis, pues los cambios y las ventas que se tienen ahora se estimaban para dentro de cinco años, pero la necesidad ha obligado a muchos negocios a pasarse a la venta digital, con lo cual se ha visto que tener otro canal de comercialización es excelente para los negocios.
En cambio, en la agricultura la crisis nos alcanzó a rozar, pero eso no será suficiente para espantarnos y obligarnos a realizar cambios significativos, con lo cual seguimos quedándonos atrás. La pregunta es cómo podemos impulsar la innovación agrícola para que demos algunos saltos necesarios hacia adelante.
¿La innovación agrícola está muerta?
Dime, ¿cuál es la última innovación agrícola de la que has tenido noticias? Seguramente vas a mencionar algo que por lo menos lleve dos o tres años en el mercado, pues las innovaciones agrícolas a nivel nacional parecen estar detenidas. Y ojo, me refiero a algo realmente innovador, porque nuevos productos, esos siempre van a existir.
Es más, si has escuchado de algo completamente radical seguro proviene de otro país, porque en el nuestro tenemos varios problemas: no tenemos un sistema que propicie la innovación agrícola nacional, los proyectos que realmente lo valen no reciben los apoyos necesarios y una vez que se logra una innovación no se sabe bien como sacarle provecho económico.
Considero que, llevamos algunos años, que en nuestro país estamos sumidos en una falta de innovación general en la agricultura. La buena noticia es que si ya estamos abajo, lo único que nos queda es subir. La gran interrogante es quién o qué va a ser la chispa inicial que necesitamos para generar una nueva oleada de innovaciones agrícolas.
La innovación que necesitamos va a derivar de integrar de alguna manera a las instituciones gubernamentales y educativas con las empresas, algo que indican varios especialistas en innovación, pues de esta manera han surgido grandes innovaciones en muchas otras industrias.
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