
Aunque en la actualidad se sabe que la exposición a plaguicidas afecta a las abejas, la realidad es que se desconoce cuáles son los efectos negativos a largo plazo. En este sentido una investigación indica que las abejas podrían requerir de varias generaciones para recuperarse, aunque sea de una sola exposición a plaguicidas.
Una sola exposición puede afectar la producción de cría en una colonia y si la exposición es constante la población puede decrecer rápidamente. El estudio ha sido liderado por Clara Stuligross, de la Universidad de California en Davis y la investigación ha sido publicada en la revista científica PNAS.
El estudio en cuestión duró 2 años, durante los cuales se analizaron los efectos de los plaguicidas en la abeja azul del huerto, un polinizador silvestre solitario; en específico, se utilizó imidacloprid, un insecticida del tipo neonicotinoide bastante común, pues en Estados Unidos hay más de 400 productos con este ingrediente activo.
Los resultados muestran que la exposición redujo la reproducción de las abejas, reduciendo la población en un 71% en esos 2 años, encontrando que los efectos son acumulativos. Básicamente esto implica que, aunque en 2022 no se aplicará el pesticida, las abejas seguirían sufriendo los efectos de las aplicaciones de 2021.
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